LA HORA ESTA LLEGANDO, COMIENZA LA IMPLANTACIÓN DE MICROCHIP.

20.02.2014 09:13

¿Le gustaría que le implanten bajo su piel un microchip de identificación por radiofrecuencia? Si usted es como yo, nunca permitiría que tal cosa se haga.

Pero muchos otros, especialmente las generaciones más jóvenes, ven las cosas muy diferentes.

Implantes de microchips de identificación por radiofrecuencia (RFID por sus siglas en inglés) y otras formas de "tecnología portátil" son cada vez más vistos como algo "chévere", "de moda" y "de vanguardia" por los jóvenes que desean "destacarse" a sí mismos. Y por supuesto los medios de comunicación están totalmente a favor de estos "avances tecnológicos".

Por ejemplo, la cadena BBC acaba de publicar un artículo titulado "¿Por qué quiero un implante de microchip?". Se nos dice que estos implantes podrían resolver toda una serie de problemas sociales.

El robo de identidad y fraude con tarjetas de crédito estarían casi eliminados, muchas otras formas de delincuencia se reducirían significativamente, niños nunca se perderían y nosotros no tendríamos que recordar una amplia gama de contraseñas y números PIN, como lo hacemos ahora.

Se nos dice que si solo adoptamos este tipo de tecnología nuestra vida sería mucho mejor. Pero, ¿es realmente así?

Mientras que nuestra sociedad se convierte "digitalmente integrada", los tecnólogos nos dicen que es "inevitable" que la tecnología portátil será tan común como son hoy los teléfonos inteligentes. Y el mencionado artículo de la BBC está muy ansioso para que llegue ese día.

 

Y para algunas personas, ese día ya está aquí. De hecho, en algunas conferencias de tecnología gente realmente hace cola para implantarse un chip.

Según el artículo de la BBC, "Este mes en la conferencia Transhuman Visions en San Francisco, EE. UU., Amal Graafstra (aficionado del microchip) creó un "centro de implantes", que ofrece a los asistentes la oportunidad de implantarse un chip a 50 dólares la hora.

Utilizando una aguja diseñada para implantes de mascotas, Graafstra inyectó una chip RFID con recubrimiento de vidrio del tamaño de un grano de arroz a cada voluntario.

Al final del día Graafstra había creado 15 nuevos androides".